Hace alrededor de una década, en el ámbito empresarial, se estudiaba la incorporación de nuevas generaciones a las organizaciones, siempre tomando en cuenta que quien lideraba o supervisaba los equipos de trabajo eran las personas que pertenecían, seguramente a la generación X (1965-1980).
Existieron muchas publicaciones, muchas capacitaciones para entender como tratar y como potenciar el desempeño de la generación millenial (1981-1996), pero no se tomaba en cuenta que alrededor del año 2020 sería justamente esta generación la que lideraría las empresas e inclusive la generación Z está cada vez ingresando a administrar equipos de trabajo.
Vienen varios desafíos, y el primero es conocer si estas nuevas generaciones desearán entender a las generaciones pasadas, tal cual, en su momento, la generación X se capacitó y promovió una adaptación genuina.
Los estilos de liderazgo, la comunicación, los valores, las motivaciones, las expectativas laborales entre otros aspectos, en muchos casos son muy diferentes entre generaciones. Por dar un ejemplo, el estilo de comunicación de un Líder Millenial puede ser más informal como por ejemplo mensajes de texto o de voz, al contrario que la generación X que aún valora la formalidad de un correo electrónico o una llamada telefónica.
En algunas entrevistas realizadas he identificado otros aspectos que al parecer resultan sencillos pero para el día a día es un dolor importante para los profesionales, el acceso rápido y fácil a la información lleva a no valorar la experiencia, es decir, las Personas de la generación X muchas veces sienten que su conocimiento y trayectoria no es valorada por su JEFE ACTUAL, por otro lado el JEFE ACTUAL no entiende porque sus empleados de generación X analizan demasiado y tardan tanto en responder a los pedidos realizados.
Las empresas deben identificar como se encuentra distribuida su organización, actualmente, como referencia en promedio el 40% de los empleados pertenecen a la generación X, el 45% a la generación Millenial y el 15% a otras generaciones, principalmente a la Z, pero los jefes se encuentran mayoritariamente en la generación Millenial (alrededor del 60%).
Por lo tanto, es un desafío importante e interesante para los Líderes de cualquier compañía, identificar, analizar e implementar acciones que faciliten el entendimiento de esta nueva realidad de los JEFES ACTUALES, será siempre ideal verlo como una oportunidad, principalmente en el aprendizaje para conseguir mejores resultados.
Dejar a un lado esta realidad podría generar, conflictos internos, fuga de talentos e inestabilidad organizacional, y siempre, desde el enfoque empresarial, importa mucho que la obtención de resultados no sea afectada.
En conclusión, la relación entre los jefes actuales (millenials o generación Z) y empleados de la generación X, puede ser desafiante pero también enriquecedora si ambas partes aprenden a apreciar y adaptarse a sus diferencias generacionales. Las empresas que fomentan un ambiente de respeto mutuo y promueven la integración de distintas generaciones pueden cosechar grandes beneficios.
Mario Carrasco R.
Consultor Talento Humano